En la audiencia el abogado defensor llama como testigo al forense de la morgue y le pregunta: -Cuando usted le hizo la autopsia a la víctima, ¿ya estaba muerta? -Si, naturalmente... -Contesta el testigo. -Y como puede usted asegurar tal cosa; ¿le tomó el pulso? -No, no señor ... -¿Le tomó la presión arterial? -No, no señor... -¿Se tomo el trabajo de ver si aún respiraba? -No, no señor... no pude... -Entonces dígame que clase de médico es usted, que sin haber hecho ninguna de las elementales pruebas anteriores, se atreve a diagnosticar que la víctima había muerto por decapitación. ¿Ah? -Pues yo soy un médico legista, y no se si para un abogado tan ilustre y sabio como usted, sea suficiente con saber que mi humilde opinión estuvo basada en el simple hecho de que el cuerpo de la víctima, llegó a la morgue sin su respectiva CABEZA! | |
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