Era un cartero tan lento que cuando entregaba las cartas ya eran documentos históricos. Era una casa tan pequeña que cuando entraba el sol tenían que salirse todos. Era tan gorda, tan gorda, que se hizo un vestido de flores y acabó con la primavera. Era un río tan estrecho que sólo tenía una orilla. Era tan tonto que no se compró una mesita de noche porque no sabía dónde ponerla de día. Era tan viejo que cuando iba al colegio no había clases de historia. | |
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