Un tío entra en un bar, pide una cerveza, se la bebe, y cuando acaba se pone a mear en la barra. El camarero, por supuesto, empieza a echarle la bronca, pero el hombre se echa a llorar y le dice:
- Por favor, no me grite, es que no puedo evitarlo, usted no sabe por lo que estoy pasando... me doy asco, esto es odioso, pero es superior a mí, de pequeñito tuve un trauma y ahora no me puedo controlar...
- Bueno, hombre, tranquilícese, mire, tengo un primo que es psicólogo, ¿por qué no va a verle? Esta es su dirección...
Total, que el cliente se larga muy contento y vuelve a aparecer por el bar al cabo de un par de meses.
- Hola, ¿se acuerda de mí?
- Sí, ¡hombre! ¿cómo no? ¿Qué, ya estas curado?
- Sí.
- Pues la casa te invita a una cerveza.
El tío se bebe la cerveza, e inmediatamente después empieza a mear en la barra.
- ¿Pero tío, no decías que mi primo te había curado?
- Sí, ya no me importa lo que los demás piensen de mí. |