Bernardo andaba de vacaciones en Miami, y estando en una tienda de variedades, recordó que su novia necesitaba unas gafas, así que decidió comprarlas allí mismo.
La empleada se las empaquetó y él pagó la cuenta, pero al momento de salir del almacén se equivocó de paquete y cogió uno casi de igual tamaño que había sobre el mostrador.
El paquete equivocado contenía unas tangas femeninas que una dama acababa de comprar. Sin percatarse de la confusión, Bernardo se fue de inmediato a la oficina de correos, escribió una carta a su novia y la despachó junto con el paquete equivocado.
Cuando la novia recibió la encomienda, destapó el paquete, y al ver el extraño contenido, abrió la carta que decía así:
Amada mía:
Supongo que si estás leyendo esta carta, es porque ya abriste el regalo que te envié. Te las compré porque se muy bien que te hacen mucha falta, ya que llevas largo tiempo usando siempre las mismas y estos elementos se deben cambiar por lo menos cada año.
Espero haber acertado con el modelo y el color. La vendedora me aseguró que era la última moda, de hecho me enseñó las suyas y eran del mismo modelo aunque de otro color.
Para confirmar su ajuste, yo me las probé allí mismo. Esto le causó mucha risa a la vendedora ya que esos modelos femeninos en los hombres quedan muy chistosos y más en mí, que como sabes, que tengo unos rasgos muy prominentes.
Una rubia que también hacia compras allí, me ayudó a decidir. Me las pidió, se quitó las suyas y se puso las que yo estaba comprando para que yo pudiera ver el efecto.
A la rubia le lucían menos que a la vendedora, porque su pelo, un poco largo, se las tapaba un poco por los bordes, pero aún así, me pareció que se veía muy simpática.
Al final, con la ayuda de las dos mujeres, me decidí y te las compré. Quiero que te las pongas y se las enseñes a tus padres, hermanos y, a todo el que puedas, a ver que opinan.
Se que te vas a sentir un poco incómoda al principio por la costumbre de estar siempre con las viejas e inclusive, como en los últimos días, a no usar ningunas en muchas ocasiones.
Aunque se que no me equivoco, pues te tengo la medida, es mejor que te asegures de que si es tu talla, pues no quiero que maltraten tu delicada piel por pequeñas, y mucho menos que te queden grandes, pues podrían caerse cuando vayas caminando por el centro de la ciudad.
Para que te duren mucho y se mantengan siempre como nuevas me recomendaron que sean lavadas, como mínimo, una vez al mes y con jabón perfumado ya que son muy delicadas. Además hay que evitar frotarlas con las manos o cualquier otra cosa porque se estropean más rápido.
Cuídalas y no las vayas a dejarlas por ahí tiradas... discúlpame pero yo se que acostumbras a quitártelas en cualquier parte.
Disfrútalas; yo iré muy pronto porque estoy deseando vértelas puestas y luego despojarte de ellas para besarte apasionadamente.
Te extraño
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