Cierto día, a mitad de una clase, un maestro de literatura se quedó profundamente dormido detrás de su escritorio. Cuando despertó, queriendo disculparse, les dijo muy serio a los alumnos: - Me remonte en sueños al tiempo de Don Quijote de la Mancha y le pedí consejo sobre los mejores libros de caballería. Al otro día, uno de los muchachos se acomodó en su pupitre y lo venció el sueño. Al verlo, el maestro lo despertó y le pidió una explicación, a lo que el chico respondió: - Me remonté en sueños al tiempo de Don Quijote, le pregunté por usted y me dijo que no lo conocía. | |||
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