La madurez | |||
Esto, es mucho más que un chiste; es una pequeña reseña de las inolvidables experiencias vividas en el difícil camino de mis relaciones con el sexo opuesto: Cuando cumplí 15 años esperaba algún día tener una novia. A los 16 tuve una novia, pero no sabía para que era, no había pasión. Entonces decidí que necesitaba una mujer apasionada, con ganas de vivir. En la Universidad conocí con una mujer apasionada, pero era demasiado emocional. Todo era difícil, era la campeona de los dramas, lloraba todo el tiempo, amenazaba con quitarse la vida. Entonces decidí que lo mejor era una mujer estable. Cuando tuve 24 años encontré una mujer muy estable, pero terriblemente aburrida. Era totalmente predecible y nunca se excitaba con nada. La vida se hizo tan pesada que entendí que necesitaba una mujer mas emocionante. A los 27 encontré una mujer muy excitante, pero me quedó grande. Iba de un lado a otro sin detenerse en nada. Hacía cosas impetuosas y coqueteaba con cualquiera que se le cruzara. Con ella fui más miserable que feliz. Al comienzo fue divertido y lleno de aventuras, pero no había futuro. Entonces decidí buscar una mujer con alguna ambición. Cuando llegue a los 30, encontré una chica inteligente, prudente, seria y ambiciosa. Decidí casarme. Pero resultó tan ambiciosa que me pidió el divorcio a los 5 años de casados, y se quedó con todo lo que yo tenía. A los 40 pensé que era mejor tener una relación sin demasiado compromiso con una mujer discreta, conseguí una, y un día descubrí que ella, no solo era discreta con nuestra relación, sino con las relaciones que sostenía con todos mis amigos. Ahora, a los 50, simplemente me gustan las mujeres con pechos grandes, con buen trasero y punto. !AHORA SÍ MADURÉ... CARAJO...! | |||
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