Buscando al asesino | |||
Un importante Capo de la mafia tenía una vacante para un puesto de asesino. Estos empleos son altamente clasificadas con duras pruebas, recomendaciones, y verificación de referencias antes de que alguien pueda incluso ser considerado para la posición. Después de evaluar a algunos aspirantes a través de los diferentes filtros, las opciones se redujeron a dos hombres y una mujer para la única plaza disponible. El día de la prueba final para definir quien conseguiría el trabajo, los mafiosos que evaluaban las prueba, llevaron a uno de los candidatos a una habitación, le dieron una pistola calibre 45, y le dijeron: -Debemos confirmar que usted es capaz de seguir nuestras ordenes, no importa bajo qué circunstancias" - le explicaron- "dentro de este sitio, usted encontrará a su progenitora atada a una silla. ¡Tome esta arma y mátela! El sicario, con una mirada de asombro le dijo: -Ud. no puede estar hablando en serio. Yo nunca podría matar a mi propia madre. -Bien -dijo uno de los mafiosos, entonces usted no es la persona adecuada para este trabajo. Trajeron al segundo candidato, le entregaron el arma y le explicaron los mismos parámetros de la prueba. El segundo matón los miró incrédulo, pero sin embargo tomó el arma y entró al cuarto. Todo estuvo en silencio cerca de 5 minutos, entonces la puerta se abrió. El hombre salió del cuarto llorando y dijo: -matarla, pero me fue imposible apretar el gatillo. Supongo que no soy el hombre adecuado para el trabajo. -No, usted no tiene entre las piernas lo que se necesita para esto. Tome a su mamita y vaya a casa a darle un chocolate. -le dijeron los matones. Solo les quedaba la mujer para hacer la prueba. La conducen y le dan la misma arma y estas instrucciones: -Debemos estar seguros que tú puedes seguir ordenes sin importar las circunstancias. Dentro encontrarás a tu marido sentado en una silla. ¡Toma esta arma y mátalo! La mujer tomó el arma tranquilamente y entró a la habitación. Los mafiosos oyeron que todos los tiros disponibles en el cargador habían sido disparados. Enseguida todo se convirtió en un infierno: se oyeron gritos, quejidos, desgarramientos, golpes... Esto continuó varios minutos y finalmente todo quedo en silencio. Abrieron la puerta con cuidado, y allí estaba parada la mujer... Ella se limpió el sudor de la frente y exclamó: -¡Carajo! no me dijeron que el arma estaba cargada con balas de fogueo... ¡Y tuve que matar a ese "*#h&p*#%" a solo golpes con la silla! | |||
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