Manolo viajó a Japón y se compró un par de anteojos de gran tecnología que hacía ver desnudas a todas las mujeres.
Manolo se pone los anteojos y empieza a ver desnudas a todas las mujeres... Él está encantado.
Se pone los anteojos, desnudas. Se quita los anteojos, vestidas. ¡Ay, Jesús, qué maravilla!
Manolo regresó a Galicia, loco por mostrarle a su mujer la novedad. En el avión, se siente enloquecido viendo a las azafatas totalmente desnudas.
Cuando llega a la casa, inmediatamente se coloca los anteojos para ver desnuda a su mujer, María. Abre la puerta y ve a María y a Joaquín, desnudos en el sofá. Se quita los anteojos, desnudos. Se pone los anteojos, desnudos. Se los quita... Desnudos. Se los pone... Desnudos. Y Manolo dice:¡Ya se rompieron los anteojos!
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