Pillados | |||
Un campesino, harto de que le robaran la huerta, se queda un día escondido para ver quien le robaba por la noches, y descubre que se trata de dos chavales que entraban por un agujero que tenía en la tapia. Al día siguiente el campesino les espera en la tapia con un garrote, y cuando asoma la cabeza uno de ellos, le pega un garrotazo en todos los dientes. El chavalín todo jodido, retrocede y le dice a su compañero con la mano en la boca: - Entra tú que a mi me da la risa... | |||
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