Buscando el reloj | |||
El señor debía levantarse de madrugada para emprender un viaje. Despertó en medio de la noche, y no pudo ver los números luminosos del reloj que estaba sobre la mesita de luz de su mujer. A tientas buscó sus lentes en su propia mesa de luz, y no pudo encontrarlos. De pronto tuvo una brillante inspiración. Le agarró un pecho a su mujer. Ella abrió los ojos y dijo adormilada: - No molestes! Son las 3.22 de la mañana! | |||
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