Libro de quejas | |||
Una señora muy devota y religiosa va como todos los días a su parroquia y le dice al sacerdote: - Padre, usted ya me conoce; siempre vengo a esta iglesia a pedir los favores cotidianos: Primero vine a pedir para que mi marido dejara el vino, y ahora bebe Vodka. Después pedí para que mi hijo fuera una persona de bien, honesta, sincera y trabajadora, y ahora es un político. Más adelante pedí para que mi hija formara un hogar y me diera un nieto. Formó un hogar pero con otra chica, buena persona la chica pero como comprenderá, no hay posibilidad de nietos. Mi petición constante ha sido por el bienestar económico, y ya no tengo ni para dar la limosna a la parroquia. Siempre he pedido por mi salud, pero cada día estoy más enferma y achacada... Padre, en esta Iglesia... ¿No hay libros de quejas? | |||
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