Una dama "cuarentona" siguió los consejos de un programa de cosmetología y resultó comprando una gran cantidad de productos para rejuvenecer, y aprovechando que su marido estaría fuera de la ciudad durante varios días, decidió hacerse el tratamiento milagroso para sorprenderlo cuando llegara.
Cuando su esposo regresó ella preguntó con coquetería, segura del resultado de los cosméticos.
-Amor mio, quiero que me digas sinceramente; ¿Que edad me calculas ahora?
El marido la observa detalladamente de pies a cabeza y responde:
-Por tu rostro, 22 años... por tu cabello, 20... por tu cuerpo, 25...
-Oh, por favor, no me adules más...- Musitó ella vanidosa
-¡No te precipites querida! - Exclamó el hombre. ¡Aún nos falta sumar...! |
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