Un hombre estaba caminando por la calle, cuando se da cuenta de que un niño muy pequeño trataba de presionar el timbre en una casa de enfrente. Sin embargo, el niño como era muy pequeño y el timbre de la puerta estaba demasiado alto no podía alcanzarlo.
Después de ver los esfuerzos que hacía el niño por tratar de alcanzar el timbre, el hombre atravesó la calle y se acercó al niño.y tocó el timbre y, poniendo la mano amablemente en el hombro del pequeño, se inclina hasta el nivel del niño, sonríendo con benevolencia y le pregunta:
- ¿Y ahora qué, mi hombrecito?
El niño responde:
- ¡Ahora corramos! |
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