Está el demonio distribuyendo en el infierno a los pecadores que van llegando:
Llega un borracho y lo castiga en una sala cerrada llena de licores, durante cien años.
Al cumplir el castigo, sale el borracho, igual de borracho y las botellas vacías.
Llega un mujeriego y lo castiga en una sala cerrada llena de hermosas mujeres dispuestas a todo.
Al cumplir el castigo, sale el mujeriego todo flaco y casi acabado.
Llega un fumador, que había robado para poder fumar, y lo castiga en una sala toda llena de tabaco de todas las clases.
Al cumplir su castigo, sale de la sala corriendo el fumador, con los ojos desencajados, desesperado y gritando:
- ¡Un cerillo! ¡Un cerillo! |
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