Ponerlo en su lugar | |||
Un hombre llega a su empleo con los dos ojos morados. Su jefe le pregunta qué le sucedió, y el hombre respondió: - El domingo estaba en misa, y cuando nos pusimos de pie noté que a la señora que yo tenía enfrente, la falda se le había metido entre las nalgas, así que lo saqué. Ella se volvió y me dio un puñetazo en un ojo. - Ah, ya veo, pero ¿y el otro ojo? - Bueno, es que como ella se había enojado, puse la falda donde estaba... | |||
Etiquetas: Picaros Jefes Mujeres Graciosos Crueles |